sábado, 3 de septiembre de 2011

S.T.


Escrito por: rashell_dicast

El aire que cae sobre mi rostro es helado, húmedo
siento las gotas -delgadas y filosas- surcar mis mejillas
y alojarse en mi piel
pálida
sin vida.
El árbol de la esquina
está inclinado
como si quisiera escuchar
mis tontos lamentos de mediodía,
pero me niego
y callo
dejo de susurrar versos
caigo en la sumisión del pensamiento,
ese que llega de vez en cuando,
que se encuentra al final de la taza de café
y que ves fijamente
temiendo que se vaya.
Dime,
hoy que todo está perdido,
que la ida es inminente
y la vuelta tan lejana,
cómo alejo la taza de café
cómo alejo el pensamiento
que, sin querer, se alojó en el lado izquierdo de mi cerebro.
Hoy
que veo esas puertas metálicas
cada vez más cerca
me enseñas, como cuando era pequeña,
algo más
algo que me ayude
aunque sea un poquito
por un momento
a olvidar.

viernes, 26 de agosto de 2011

Aire

Escrito por: rashell_dicast

Soy el aire,
que nadie ve y todos sienten,
que pasea por la tierra
y mueve los árboles con sus manos.
Soy el aire,
que nadie ve y golpean salvajemente
que tiene el rostro lleno
de llagas y lágrimas,
a la que, sin importar los susurros de dolor,
le atraviesan espadas de insultos
y golpes cuando ya estoy en el suelo.
Soy el aire,
que quiere dejar de sentir,
a la que le duele el corazón,
el alma y la mente,
que ya no quiere pensar,
que ha dejado de hablar.
Soy el aire,
solitaria, invisible,
aprisionante y libre.
Soy el aire,
no puedes tenerme
¡Suficiente!
Que las llagas no se sienten
y las espadas me hacen cosquillas.

martes, 23 de agosto de 2011

Cien años de soledad

Escrito por: rashell_dicast

La primera vez que me enamoré fue de un libro. Aún recuerdo a mi padre leyéndome historias antes de dormir y cómo es que yo, antes de cerrar los ojos, inventaba diferentes tipos de finales con la esperanza de que se hicieran realidad. Creo que esos momentos fueron cruciales para formarme como persona y como literata. No solo quiero recomendarles libros, sino que me gustaría ayudarles a conectarse con ellos, de una forma entretenida y personal, como trato de hacerlo yo cada vez que tomo uno de ellos

Las experiencias con los libros suelen ser muy particulares, dependen de las personas y de cómo es que tomen el punto de vista de la obra literaria. En esta parte, no quiero que piensen que les estoy dando una recomendación porque me parece "pertinente", "obligatorio" o "básico" que lean este libro, sino porque la visión del autor es muy interesante y refleja el desarrollo de las sociedades latinoamericanas en la época contemporánea.

Utiliza no solo la fundación de un pueblo y el desarrollo del mismo a través de la historia, sino que une a la familia y el misticismo alrededor de ella para revelarnos un universo en el que el tiempo y el espacio son una ilusión y en donde el lector se sentirá identificado y encantado por la historia y sus personajes.

RESUMEN

José Arcadio Buendía y Úrsula Iguarán son un matrimonio de primos que se siente atormentado por la creencia de que su descendencia tendrá cola de cerdo; debido al miedo reinante Úrsula se niega a consumar el matrimonio, por lo que las burlas hacia José Arcadio se incrementan día a día. Es así que una noche, un hombre del pueblo llamado Prudencio Aguilar se burla de su hombría lo que lleva al recién casado a mantener una pelea con él y a asesinarlo. Atormentado por el fantasma de Aguilar, José Arcadio sale del pueblo con su esposa y con un grupo de familias jóvenes y se dirigen con rumbo desconocido en miras de formar un nuevo pueblo.

Luego de un largo viaje y muchas penurias, llegan a un lugar que les parece idóneo para empezar de nuevo al cual llaman Macondo. La fundación y desarrollo de este pueblo emergente que, al final de la obra, termina siendo un pueblo fantasma, es paralelo al crecimiento y caída de los Buendía. Durante cinco generaciones, que llegarían a sumar cien años, se cuentan los sueños, las peleas, los matrimonios, las desgracias, los nacimientos y las muertes de una estirpe que ya tenía su destino escrito.

Un papel muy importante dentro de la obra lo tiene el gitano Melquiades, quien aparecerá a lo largo de toda la historia para guiar a los Buendía en los momentos más difíciles. Sus pergaminos, los cuales siempre esconde de la familia, llegan a tener una parte crucial en el desarrollo de la obra cuando, al final, se consuma la maldición de la primera generación: nace un niño con cola de cerdo.

La imagen del pequeño siendo devorado por las hormigas que han infestado la casa familiar y que en ese momento se encuentra casi en ruinas, cierra el círculo. La profecía se ha cumplido. Macondo queda en las ruinas siendo azotado por vientos huracanados y Aureliano Babilonia -el último de los Buendía- queda solo en la casa familiar viendo los pergaminos de Melquiades y entendiéndolos a la perfección:

"Sin embargo, antes de llegar al verso final ya había comprendido que no saldría jamás de ese cuarto, pues estaba previsto que la ciudad de los espejos (o los espejismos) sería arrasada por el viento y desterrada de la memoria de los hombres en el instante en que Aureliano Babilonia acabara de descifrar los pergaminos, y que todo lo escrito en ellos era irrepetible desde siempre y para siempre, porque las estirpes condenadas a cien años de soledad no tenían una segunda oportunidad sobre la tierra" (García Márquez: 463)

Bibliografía:

GARCÍA MARQUEZ, Gabriel. Cien años de soledad. Buenos Aires: Editorial Sudamericana S.A., 1991.

lunes, 22 de agosto de 2011

Si debes irte


Escrito por:

Si debes irte, no lo hagas en silencio,
susurra en mi oído que debes irte.
Si debes irte, no lo hagas a hurtadillas,
toca la puerta y dime que es momento,
abre las cortinas y dime que quieres volar.

Si debes irte,
si no hay otra opción
y a pesar de nuestros ruegos no encuentras otra salida,
no me dejes en la oscuridad
de lo que podría ser
y avísame que el sueño ya llega.

Si debes irte,
si, de verdad, tienes que hacerlo,
déjame mandar una encomienda al abuelo
para que vea las fotos de estos años
y sepa cuánto lo extraño.

Si debes irte,
a pesar de los cañaverales,
las quebradas y el río que ves desde casa,
deja que esté a tu lado
para darte fuerzas.

Si debes irte,
permite que te disuada,
permite que el mudo clamor de mis ojos
hagan que no te rindas.

Si debes irte
y nada de esto te persuade,
ve tranquila, corre a los brazos tiernos
de quien tanto quiero y extraño.

Si de verdad,
no estarás en la próxima visita
y no podré abrazarte,
deja que te mande un poema cada mañana
a través del viento húmedo de Lima.

Si te vas,
si de veras no podré abrazarte de nuevo,
quiero decirte que recordaré tu sonrisa
y cada gesto dulce que compartías conmigo.

Si te vas,
déjame decirte
que no quiero que te vayas,
que quiero que te quedes,
que te quiero
y punto.


A Gertrudis. Fuerza.

El proceso - Kafka

Escrito por: rashell_dicast

Un procesado que ignora cuál es su crimen. Un sistema judicial intrincado y misterioso. Un hombre enfrentándose a lo desconocido.

Kafka parte nuevamente del absurdo para narrar las deficiencias de un sistema que separa al hombre de la justicia, quien busca de forma desesperada una solución para su problema, a pesar de que su crimen siempre será una incógnita.

En el relato, Josef K. es arrestado una mañana por una razón que desconoce. Desde ese momento, su vida se vuelve una pesadilla que gira en torno al proceso judicial que debe pasar, en el que nunca se le dice cuál es la falta que ha cometido, por lo que no tiene un argumento concreto para su defensa.

La ausencia de comunicación que sufre ese agente bancario con las instancias más altas del sistema lo llevan a asumir su propia defensa, donde se da cuenta que esta es vana, pues al igual que él hay muchos que se encuentran en esa situación y no puede hacer nada para cambiar ni su situación ni la de los demás. Además, aquellos que deberían ayudarlo a entender su situación; es decir, las autoridades burocráticas, son humildes y limitadas -lo que se observa en los diferentes escenarios donde se llevan a cabo las audiencias, que normalmente son en barrios marginales de la ciudad- creando un clima de vaguedad, que se traduce en impotencia hacia el acusado.

Luego de una defensa truncada -su abogado no puede ayudarle- y de tratar inútilmente salvarse, se siente un sentimiento de derrota, pues a pesar de seguir luchando por una causa perdida, se va consumiendo poco a poco. Finalmente, mientras se encuentra ya en la cárcel, es sacado por dos guardias, quienes lo llevan a las afueras de la ciudad para ejecutar su sentencia.

Josef K., completamente vencido, espera poner fin a su proceso. Nunca sabrá qué fue lo que hizo que lo llevó a este final y solo le queda sentir un poco de culpa por no lograr vencer y por no saber jamás qué crimen cometió.

Este libro es considerado vital para la literatura moderna y muchos escritores, como Albert Camus, le han rendido un justo homenaje en sus obras.

domingo, 21 de agosto de 2011

La hora azul- Alonso Cueto

Escrito por: rashell_dicast

La primera vez que supe del libro "La hora azul" fue mientras me acercaba al aparador de una librería cualquiera, esas que observas en cada distrito comercial y que endiosas de buenas a primeras, para luego darte cuenta de su triste abandono y grandes falencias.

La portada retrataba a una mujer de piel tostada, cabello negro y largo y daba pie a pensar en una desnudez sensual, casi exótica. Por alguna extraña razón, si bien puedo describirles con exactitud cómo se caracterizaba el retrato de esta mujer, lo que más llamó mi atención fue su mirada. Era la mirada de una mujer cuya tristeza era casi opacada por el empuje que le llevaba, a pesar de todo, a seguir mirando a la cámara.

Esta es la historia de Miriam y el hijo del hombre que se enamoró de ella, Adrián Ormache. Todo inicia cuando la madre de Adrián muere; este punto de quiebre para el señor abogado, intachable hombre de sociedad, padre y esposo ejemplar, lo lleva a descubrir el secreto más oscuro de su entorno familiar.

Descubre que su padre, quien estuvo ausente casi toda su vida, un jefe militar enviado a Huanta durante la guerra armada, no solo había asesinado incontables personas, sino que había abusado sexualmente de decenas de mujeres, que residían en lugares aledaños a su base, pero no solo las ultrajaba, pues luego de mancillar su honra, las entregaba, cual objetos, a los soldados de su cuartel, quienes después de saciarse de la vejación y humillación, las asesinaban con un certero balazo en la cabeza.

Hasta ese momento, si bien la historia es perturbadora, hay algo más. Una de las mujeres, solo una, había escapado de las fauces del lobo y esa era la mujer de la que estaba enamorado el padre de Adrián.

De este modo, el protagonista se decide a buscar a esta mujer, luego de enterarse que su madre había sido falsamente extorsionada por uno de los amigos de su padre, a quien, luego de amenazarlo y reclamarle, le exige algún dato acerca de la mujer.

Luego de mucha búsqueda y esfuerzo logra encontrar a Miriam, la mujer que había escapado del cuartel emborrachando a los segundos de su padre y disfrazándose de uno de ellos; esa mujer que corrió hacia su pueblo en una madrugada en la que lo único que pensaba era en salvar su vida. Ella, quien meses después daría a luz al medio hermano de Adrián.

El reconocido abogado limeño desea ayudar a su nuevo hermano y su madre, pero esta se rehúsa, aunque luego de reunirse en diferentes ocasiones, no solo deja que los ayude, sino que empieza un romance con él, que lleva la vida de ambos a un desbalance total. Adrián está a punto de perder todo cuando una noticia lo deja completamente atónito: Miriam ha muerto.

La vida de este hombre de sociedad, que una vez fue sosegada, es ahora un caos que debe recomponer, luego del suicidio de Miriam. Empieza a reivindicarse con su familia y entorno, aunque presenta a su medio hermano a su familia y empieza a apoyarlo, lo que causa cierta molestia, que es mejor que el estado anterior.

Muchos se preguntan, qué es la hora azul. Bueno, yo no seré quién te responda, te invito a que lo descubras

Fuck death, live forever




Escrito por:

La noticia de Amy Winehouse muerta, a diferencia de la reacción de muchas personas, me tomó por sorpresa. Estuve largo tiempo "ida", pensando que la historia se volvía a repetir: Janis Joplin, Kurt Cobain, James Morrison y otros más a quienes la prensa, irónicamente, ha llamado el tristemente célebre grupo "El club de los 27".
Como muchos de ustedes, escuché a Amy Winehouse allá por el 2006 con su segundo disco "Back to black", que estoy escuchando ahora mientras pienso en cómo gente con tal creatividad y grandeza para ciertos aspectos de la vida puede irse tan rápido.
Una gran melancolía se ha apoderado de mí, como fanática de ella que soy y es verdad que muchos tendrán el comentario "Eso le pasa por drogadicta y alcohólica" o "Eso le pasa por sus excesos" y puede que tengan razón, a pesar de que me parece un comentario algo cruel. Al menos yo, no quiero recordarla así, al menos muchas personas que escuchamos sus canciones y admiramos su creatividad y crudeza en sus historias; el corazón, el sentimiento que inyectaba en cada canción pensamos que es bueno recordarla como artista y ser humano, con cada virtud que tuvo a lo largo de su vida.

En dos álbumnes enfrentó a todos sus demonios, aunque no fue suficiente. Así que hoy, días después de su muerte quiero dejarlos con la imagen que está allí arriba que lee "FUCK DEATH, LIVE FOREVER", así como muchos artistas que se fueron antes de tiempo, vivirá siempre en aquellos que escuchemos y admiremos su música; y al mismo tiempo, pienso seguir esa filosofía cada día; la muerte no importa, importa la huella que dejes a lo largo de tu vida. Así que los invito a mandar bien lejos a la muerte, seamos inmortales con cada buena acción, con cada muestra de cariño, con empuje, con ganas, con humildad. Al fin y al cabo, la inmortalidad no es acerca del hombre, es acerca de cómo ese hombre ha vivido.

Descansa en paz, Amy

sábado, 20 de agosto de 2011

Costumbre perdida



Escrito por:

rashell_dicast


Hoy no debes abrazarme,

debes callar y dejar que la pena se vaya sola.

Hoy no debes callar esa voz que te dice "no digas nada",

escúchala y recuerda que quiero sentirme sola.

Hoy te pido que no regreses en la noche

que no jales las sábanas

como si me dijeses "tengo miedo"

porque yo también tengo miedo de que no estés.

Hoy, que hay un poco de sol, a pesar del frío,

te pido, te ruego, abuelo, no vayas a casa.

No me hagas recordar que no estás allí,

que ya no estarás más allí.

Hoy, especialmente hoy, que se me ha dado por extrañarte,

no digas nada,

que no puedo mantener otra conversación en la madrugada

sabiendo que hablo sola, que no hay más que libros polvorientos que me acompañan.

Hoy, hoy deja que me sienta sola,

que me vuelva a hacer a la idea,

esa tonta idea de que estás aquí,

a ver si así, solo por un momento

dejo de sentir ese vacío en el lado derecho del corazón.

Argueditas a las 7am



Escrito por:

rashell_dicast

Hoy desperté con una curiosa sensación en el cuerpo, no sé si era el frío o ese estado de somnolencia que uno tiene cuando, sinceramente, no quiere moverse a pesar de los llamados de los padres o hermanos diciéndote "tienes que ir a trabajar, levántate".

Creo, aún no sé porqué que me desperté con una sensación un tanto arguediana acerca de mi vida. Me sentí como una waqcha, una huérfana que no encuentra su lugar, a pesar de que lo tiene frente a sus ojos. Así que hoy, en lugar de contarles un libro específico, quisiera contarles sobre José María Arguedas, un escritor, que si bien no conocí personalmente, conocí íntimamente a través de sus libros.

En realidad, no sé si leí "Todas las sangres"o "Los ríos profundos" primero, solo sé que sin importar el contenido, lo que más llamaba mi atención era la soledad de los protagonistas. Esa soledad que todos hemos sentido en algún momento, pero que no sabemos transmitir, él lo hacía a la perfección.

Sin embargo, en ningún momento me atreví a pensar que él sintiese lo mismo; como escritora novel he aprendido a que no necesariamente te sientes como escribes, sino que es el momento el que te transmite, a veces, ciertas sensaciones que te quedan en la cabeza y tus manos... bueno, tus manos se dedican a ir escribiendo (o tipeando) poco a poco lo que vas pensando, claro que luego viene el proceso de corregir, arreglar, editar y demás, que es lo más complicado de todo. Pero volviendo a mi querido José María, lo peculiar de este hombre con el alma aún de ese pequeño niño que vivía en nuestras serranías, era que sin importar cuánto quería rendirse ante esa soledad, no lo hacía, por eso es que me impresionó saber que, un día, en la Universidad Agraria se le dio por rendirse ante un arma que le causó un gran daño que lo tuvo luchando, sin querer, por cinco días.

Hoy, quiero recordar un fragmento de la carta que le escribió a su esposa un día antes de consumar el destino que escribió para sí mismo; pues cada uno escribe su destino, eso jamás lo duden:

¡Perdóname! Desde 1943 me han visto muchos médicos peruanos, y desde el 62, Lola, de Santiago. Y antes también padecí mucho con los insomnios y decaimientos. Pero ahora, en estos meses últimos, tú lo sabes, ya casi no puedo leer; no me es posible escribir sino a saltos, con temor. No puedo dictar clases porque me fatigo. No puedo subir a la Sierra porque me causa trastornos. Y sabes que luchar y contribuir es para mí la vida. No hacer nada es peor que la muerte, y tú has de comprender y, finalmente, aprobar lo que hago.

Hoy en la mañana, desperté con esa sensación, creo que lo acabo de descubrir luego de leer el párrafo anterior. No quiero llegar a ese punto en el que me sienta tan impotente por no contribuir con el mundo, conmigo misma, con mis amigos. Hoy quiero seguir mi día pensando en que hago algo por el mundo, por los demás, por mí misma. Hoy me he dado cuenta de cuál es el legado de José María, además de su vasta obra literaria y de su exquisito amor por la cultura, él nos sigue enseñando que no debemos rendirnos, que lo único que nos detiene es uno mismo y que, si en algún momento te sientes como él, nadie podrá levantarte si tú estás predispuesto al fracaso.

Así que a partir de hoy los invito a seguir este legado no waqcha, no estamos solos, podemos sentirnos así, pero jamás estamos solos, es cosa de que vean a su alrededor, siempre hay un motivo para seguir luchando.

Gracias, Argueditas, ahora entiendo.


Lack of inspiration



Escrito por:

rashell_dicast

Es un problema no tener inspiración. A veces me quedo en la cama pensando en qué escribir, es por eso que estos días no posteé nada. Me parece vano escribir por escribir, siempre debe haber un sentido, un fin.

Hoy sigo un poco indecisa acerca de qué poner, así que ese es mi tema de hoy: indecisión. ¿Qué la causa?¿cómo la manejamos? Nunca lo he sabido, pero hoy en una conversación temprana con mi madre creo que encontré la respuesta: arriesgarse. El hacerlo no es nada sencillo, pero puede ser satisfactoria sentir esa adrenalina que corre por tu cuerpo en el momento en que realizas algo de lo que no estás muy seguro.

Es claro que esta opción un tanto loca se limita a ciertos aspectos de la vida, no puede ser a todos, de otro modo dirían que estoy dando un mal ejemplo so algún menor de edad lee esto ...ya saben a qué me refiero, ¿verdad? Pero arriesgarse es algo que debemos hacer en un momento u otro, en el aspecto laboral, social, sentimental o familiar. No podemos ir siempre por el camino seguro, no podemos ir siempre con el temor de si te equivocarás o no, si dañarás o no a alguien. Es un gran riesgo, es una aventura que a veces parece tortura, aunque al final los resultados siempre serán positivos.

En este momento, aquel que haya llegado a este cuarto párrafo dirá "¿cómo que los resultados siempre serán positivos?" Bueno, es cosa de perspectiva, de mi perspectiva para ser exactos. Creo que las personas siempre salen ganando, pues así se equivoquen, haya un malentendido colosal o sientes que pasarás una noche entera llorando por la decisión que tomaste, aprenderás a ser fuerte, a manejar las cosas de otro modo, a salir del embrollo en el que te metiste, a valorar a las personas... no sé, a no usar ropa blanca cuando estés caminando cerca a lodo. Hasta lo más trivial en la vida te enseña algo y si algo he aprendido en estos cortos 23 años(casi 24) de mi vida es que JAMÁS se debe temer a aprender.

La primera vez



Escrito por:

La primera vez que supe que quería estudiar Literatura es algo que no recuerdo. No considero que haya sido una epifanía ni nada por el estilo. Sé de muchas personas que dicen que se despertaron un día con una gran duda existencial y un libro los ayudó a resolver cuál era su destino. Eso me parece una gran mentira; es posible que un libro te ayude a observar o interpretar una situación de cierta manera o hasta que aclare un poco la visión acerca de un tema específico, pero no creo que te solucione la vida de un momento a otro, nada lo hace.

Me incomoda que la gente trate de engañar a los demás con este tipo de historias, me molestan mucho las etiquetas. Cuando dije que quería estudiar literatura, la mayoría de personas en mi familia pensaron que sería profesora; no tengo nada en contra de ellos, es más muchos de mis profesores han sido mi ejemplo a seguir y les tengo muchísimo cariño y respeto, pero no es algo que llame mi atención -y ese misterio lo he resuelto hace poco-. En cambio, otras personas, empezaron con las siguientes AFIRMACIONES, sí, afirmaciones, lo cual me parece increíble hasta ahora; decían que los escritores (porque nunca saben diferenciar a un escritor de un literato) son alcohólicos, flojos, drogadictos, vagos y demás, lo que significaba que si yo estudiaba Literatura me iba a convertir en todo eso.

Para información general: tomo solo en reuniones, jamás he probado tipo alguno de droga porque no va conmigo y si le preguntan a cualquier persona que me conozca "floja" o "vaga" no estará en sus descripciones hacia mi persona. Soy una chica común y silvestre, con una imaginación muy activa, cariñosa, amable, risueña, engreída de papá, cómplice de mi hermana, compañera de mamá, fiel amiga, aún más fiel novia, organizada, perfeccionista y medio ingenua. El cigarro me da un terrible dolor de cabeza, aunque intenté seguir la "moda" en algunas ocasiones, escucho todo tipo de música (lo digo en serio, soy tan fan de Metallica, los RHCP, Aerosmith y Mago de Oz como de Katy Perry, Ella Fitzgerald, Nat King Cole y El Puma Rodríguez). Es algo que la gente no entiende muchas veces, pero ya me resigné a ser entendida.

Pero volvamos al punto, queridos lectores, si es que alguien en verdad me está leyendo y no soy solo yo escribiendo para terminar con mi tormento espiritual. Si en algún momento decidí estudiar literatura o supe que los libros serían parte de mi vida fue cuando tenía seis y mi papá me leía "Oshta y el duende", de Carlota Carvallo. No sé qué edición era, solo recuerdo un tapa color rosado, el olor a hojas gastadas y el brazo de mi papá alrededor de mi espalda, acurrucándome para dormir. Fue en ese instante, en el que esperaba quue fuese la noche siguiente para seguir con el cuento que supe que mi vida estaría rodeada de letras. Luego, a los trece años empecé a escribir, cosas que ahora me parecen tonterías, a las que no le encuentro sentido si las releo. Sin embargo, es más que necesario admitir que si no fuese por los esfuerzos de mi hermana, las palabras de los profesores, los ánimos de mis amigos y la determinación y constancia de mis padres (y qué determinación) no estaría donde estoy hoy.

Los pasos que he dado hasta hoy y los que daré también recibirán la ayuda de aquellos que están en mi vida -mi pequeña familia de sangre y de amor-, pero ahora es momento de que dé la iniciativa. La incertidumbre me mata a veces, pero a veces antes de encontrar el equilibrio se necesita algo que mueva tu mundo tan violentamente que saque a relucir lo que no estás viendo.

Bienvenidos a este loco mundo


Escrito por:

Mi nombre es Rashell Díaz Castillo. Nací hace 23 años, casi 24. El momento en el que decidí empezar este blog fue exactamente hace dos horas y media, en las cuales luché agresivamente contra una red excesivamente lenta. ¿Qué es lo que quiero hacer? No sé, tal vez sea la fiebre de blogs por la noche -aunque esta fiebre va durando unos cuantos años-, es uno de esos momentos en los que dices "necesito hacer algo". Bueno, esta necesidad mía es la necesidad que tengo de escribir.

Estudié Literatura Hispánica en la PUCP, egresé hace seis meses y a pesar de que he estado terminando mi tesis de licenciatura, me he estado preguntando en qué me he metido. ¿Este es el camino que realmente quiero? ¿Ahora qué hago? ¿Cuáles son mis opciones fuera del mundo académico? Me parecen dudas plausibles dentro de una generación cuyas responsabilidades se han minimizado gracias a nuestros padres. Hay que admitirlo, ellos han hecho de nuestra vida algo más llevadero -en algunas ocasiones, claro está, pues no todos tenemos la misma suerte-, pero todo tiene un límite y luego de la universidad, instituto o simplemente en un momento dado nos dicen "¿ahora qué harás?". Quiero serles sincera, a veces no tengo idea de qué estoy haciendo.

Este blog será un espacio en el que muchos de ustedes se dirán: "yo he sentido eso", "también tengo dudas acerca de aquello", "¿cómo lograré lo que quiero?". Las dudas de qué camino tomar, qué dirección es la adecuada y qué tengo que hacer para saber qué es lo que quiero son algunas de las temáticas que tocaré.

La verdad es que tengo miedo de equivocarme y darme cuenta de acá a diez años o veinte años o lo que sea que no hice lo que pensé que era mi pasión. No quiero ser alguien que diga en su vejez "yo pude ser...", quiero sentarme en el centro de una sala y decir que "YO SOY". Sé que muchos sienten lo mismo y no pueden decirlo en voz alta...a veces yo tampoco puedo, pero si algún don tengo es el de tener valor y este es mi primer paso.

Bienvenidos a mi blog, a mi mundo, a mi lucha interna y a la búsqueda de mi camino.