martes, 23 de agosto de 2011

Cien años de soledad

Escrito por: rashell_dicast

La primera vez que me enamoré fue de un libro. Aún recuerdo a mi padre leyéndome historias antes de dormir y cómo es que yo, antes de cerrar los ojos, inventaba diferentes tipos de finales con la esperanza de que se hicieran realidad. Creo que esos momentos fueron cruciales para formarme como persona y como literata. No solo quiero recomendarles libros, sino que me gustaría ayudarles a conectarse con ellos, de una forma entretenida y personal, como trato de hacerlo yo cada vez que tomo uno de ellos

Las experiencias con los libros suelen ser muy particulares, dependen de las personas y de cómo es que tomen el punto de vista de la obra literaria. En esta parte, no quiero que piensen que les estoy dando una recomendación porque me parece "pertinente", "obligatorio" o "básico" que lean este libro, sino porque la visión del autor es muy interesante y refleja el desarrollo de las sociedades latinoamericanas en la época contemporánea.

Utiliza no solo la fundación de un pueblo y el desarrollo del mismo a través de la historia, sino que une a la familia y el misticismo alrededor de ella para revelarnos un universo en el que el tiempo y el espacio son una ilusión y en donde el lector se sentirá identificado y encantado por la historia y sus personajes.

RESUMEN

José Arcadio Buendía y Úrsula Iguarán son un matrimonio de primos que se siente atormentado por la creencia de que su descendencia tendrá cola de cerdo; debido al miedo reinante Úrsula se niega a consumar el matrimonio, por lo que las burlas hacia José Arcadio se incrementan día a día. Es así que una noche, un hombre del pueblo llamado Prudencio Aguilar se burla de su hombría lo que lleva al recién casado a mantener una pelea con él y a asesinarlo. Atormentado por el fantasma de Aguilar, José Arcadio sale del pueblo con su esposa y con un grupo de familias jóvenes y se dirigen con rumbo desconocido en miras de formar un nuevo pueblo.

Luego de un largo viaje y muchas penurias, llegan a un lugar que les parece idóneo para empezar de nuevo al cual llaman Macondo. La fundación y desarrollo de este pueblo emergente que, al final de la obra, termina siendo un pueblo fantasma, es paralelo al crecimiento y caída de los Buendía. Durante cinco generaciones, que llegarían a sumar cien años, se cuentan los sueños, las peleas, los matrimonios, las desgracias, los nacimientos y las muertes de una estirpe que ya tenía su destino escrito.

Un papel muy importante dentro de la obra lo tiene el gitano Melquiades, quien aparecerá a lo largo de toda la historia para guiar a los Buendía en los momentos más difíciles. Sus pergaminos, los cuales siempre esconde de la familia, llegan a tener una parte crucial en el desarrollo de la obra cuando, al final, se consuma la maldición de la primera generación: nace un niño con cola de cerdo.

La imagen del pequeño siendo devorado por las hormigas que han infestado la casa familiar y que en ese momento se encuentra casi en ruinas, cierra el círculo. La profecía se ha cumplido. Macondo queda en las ruinas siendo azotado por vientos huracanados y Aureliano Babilonia -el último de los Buendía- queda solo en la casa familiar viendo los pergaminos de Melquiades y entendiéndolos a la perfección:

"Sin embargo, antes de llegar al verso final ya había comprendido que no saldría jamás de ese cuarto, pues estaba previsto que la ciudad de los espejos (o los espejismos) sería arrasada por el viento y desterrada de la memoria de los hombres en el instante en que Aureliano Babilonia acabara de descifrar los pergaminos, y que todo lo escrito en ellos era irrepetible desde siempre y para siempre, porque las estirpes condenadas a cien años de soledad no tenían una segunda oportunidad sobre la tierra" (García Márquez: 463)

Bibliografía:

GARCÍA MARQUEZ, Gabriel. Cien años de soledad. Buenos Aires: Editorial Sudamericana S.A., 1991.

No hay comentarios:

Publicar un comentario